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MUERE NELSON MANDELA, ADIOS TERRORISTA

MUERE NELSON MANDELA

Ante la oleada de manipulación mediática que se avecina tras la muerte de Nelson Mandela no está de más releer el artículo publicado por José Luis Ontiveros para TdE el 30 junio 2010 donde lejos de mostrarnos la cara amable de Mandela, se muestra como este premio Nobel de la paz fue el responsable de miles de muertos.
MUERE NELSON MANDELA, ADIOS TERRORISTA


Resulta tan oscuro el panorama nacional que se hace necesario ventilar otros asuntos de interés como ha sido la celebración tan sospechosamente unánime sobre la vida y milagros del santón de Nelson Mandela, que provocó hostias y aleluyas al cumplir 92 años de una falsa y beatífica existencia. Lo que confirma que uno puede ser terrorista un día y el otro aparecer como el padre benemérito de Sudáfrica.

Se trata de quien fuera en 1961 el líder del brazo armado del Congreso Nacional Africano, llamado Umkhonto we Sizwe responsable de campañas de sabotaje contra blancos gubernamentales y estratégicos mediante una cruenta acción de bombas, asesinatos políticos y robos, planificación de una guerra de guerrillas, y flagrante abandono de la resistencia no armada que al principio caracterizó su lucha contra el apartheid. Razón por la cual fue sentenciado en 1963 a 27 años de prisión.

¿Acaso el mundo bombón mediático ha hecho alguna referencia al truculento pasado de Nelson Mandela? ¿Por qué se premia con el ya muy deshonrado Nobel de la Paz a quienes han practicado la violencia? ¿Hasta qué punto el viejecito que recibe un pastel con velitas es el hombre que vivió en su vieja casa de Soweto, un barrio de Johanesburgo conocido por su abyecta pobreza? ¿Quién de los sudafricanos puede pretender acceder a la opulenta mansión que hoy habita en el ghetto de oro del exclusivo barrio de Houghton?

Estas preguntas no son de mala leche gratuita, sino la constatación de que Hollywood es capaz de fabricar genocidios a modo y famas invictas con el babeante reconocimiento de las buenas conciencias.

Si bien el régimen del apartheid mereció la condena internacional, Israel por 1975, brindó asesoría nuclear al gobierno canalla de Sudáfrica en una apuesta geopolítica de una mayor influencia en África y con el propósito de hacer subsistir a un gobierno racista y oprobioso.


El mismo Nelson Mandela admitiría años más tarde de su liberación en 1990 que sus acciones contribuyeron a la violación de los derechos humanos lo que quedó confirmado por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de la época posapartheid. Su cautiverio lo pasó gran parte en la isla Robben, ubicada en las costas de Cape Town. Hoy es un santuario secular donde se pueden adquirir “merchadising” conmemorativos, camisetas, calcomanías y la parafernalia propia de los cultos a la personalidad que forman parte del aparato de dominación del pensamiento único.

Hay que considerar que la minoría blanca en Sudáfrica estaba dividida entre los boers de origen holandés, con su cultura identitaria propia y los invasores ingleses. Aún hoy según confirma el estudioso chileno Gonzalo Baeza en su Notas de viaje: “Algunos de los boers que conocí, principalmente los que se mantienen trabajando la tierra, se negaban a hablarme en inglés, pese a que lo entendían, porque lo consideraban el “idioma de los invasores”. En donde los ingleses recurrieron por primera vez en la historia a los campos de concentración en la segunda guerra boer a finales del s.XIX, en que fueron asesinados 25 mil niños y mujeres y muertos 18 mil granjeros boers.

De esos boers que hicieron de Sudáfrica la potencia regional con Zimbabwe (ex Rhodesia), recientemente fue asesinado a machetazos uno de sus últimos líderes, Eugene Terre Blanche a quien se le demonizó como neonazi, lo que no fue más que una etiquetación para desvirtuar su movimiento.

Sudáfrica tendrá que despertar del opio del mundial y enfrentar a un país que cada vez se deteriora más, eso sí festinando las 92 velitas del muy oscuro Nelson Mandela.



NELSON #MANDELATERRORISTA

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te quito razón... ahora bien... creo que hay algo loable en eso que tanto criticas, y es que como practicante de la violencia, ha sido capaz de reconducir su método hacia una actividad pacifista y así ha sido como ha conseguido grandes logros. Ojalá al menos un tercio de los etarras y demás terroristas conocidos fuesen capaces de hacer lo mismo...